EL Maestro -

Adoren a Chinko el maestro

Desolación

Fue una noche de octubre, parecía una noche cualquiera, negra e insomne como todas las noches de mi vida, transcurría solemnemente en casa de mi amigo, allí hacíamos los preparativos para pasarnos al menos una hora de nuestras vidas hablando, bebiendo y fumándonos nuestro pasado, recorriendo con historias todo aquello que tan rápido ha transcurrido. Comenzamos orando a nuestro santo patrono chinko, le pedimos que su misericordia nos guardara de todo mal y que esa noche nos acompañara, pero no fue así, luego de que el alcohol comenzara a hacer estragos en las neuronas, sentimos un estallido enorme fuera de la habitación, Era ÉL, su espantoso grito salido desde el planeta de los simios nos aterrorizó, inmóviles no podíamos hacer nada, irrumpió dentro de la habitación como un huracán destrozando todo a su paso y gritando enfurecido ¡!DEMENCIA!!!!DESOLACIÓN ¡!!!!ante tal espectáculo demente no pudimos hacer nada, quedamos petrificados, su poder era enorme, demencial, puro, informe, pero eso no era todo allí detrás de él traía a una rehén raptada y envuelta en sus poderes, allí delante de nuestros ojos procedió a practicarle todo tipo de aberraciones y actos inhumanos, allí impávidos de horror, pedimos misericordia a nuestro dios, la noche empezaba a aclarar y el extraño ser aún seguía devorando sexualmente a la mujer identificada con las iniciales C.H.A.R.O. su poder nos tenía sometidos e inmersos en la oscuridad, en cada rito, en cada posición informe que este enajenado hacía enarbolaba oraciones en un idioma ininteligible para nuestros oídos, pero en el interior de nuestro corazón sabíamos que eran plegarias hacia Satanás, cuando amaneció estalló en un grito gutural que remeció los cimientos de la habitación y nuestras almas, envuelto en sus poderes gritó y salió devorando todo a su paso, sólo pudimos tomar algunas fotos de su partida y de su paso…

Quien más que el maestro??????

La aparición…..


"…..Fué en un verano de enero, parecía un día cualquiera, vulgar, ufano, sistólico y planetariamente caluroso, el orto solar estaba a 45 grados en el horizonte y sus rayos golpeaban mi frente tan fuerte como la resaca que andaba trayendo producto del etílico carrete de la noche anterior, como cualquier vagabundo alcohólico mis pasos se apretujaban unos contra otros luchando para ganar pasos uno por uno, era una carrera contra mi mismo y la soledad, soledad que por años me ha matado por dentro, y que en esos momentos de amargura, alcoholismo y somnolencia se veían acrecentados, sumado el cansancio físico del dia anterior era irremediablemente un despojo humano, sin salvación, sin apoyo, sin nada que me sostuviera pegado a este mundo, como una ánima en pena doble desde Enrique Soro hacia una calle que no recuerdo, con el firme propósito de liquidar mi existencia lo antes que fuere, recordaba que por allí había una cancha de furbol, allí dije para mis adentros, buscaré un árbol y me colgaré como un cuatrero del oeste, moriré sólo, sin aire, sin amor, sin miedo, sin compañía, sin misericordia, en eso cuando estaba por aproximarme a la entrada de la cancha, LO VI APARECER, era un ángel salido de otro mundo, majestuoso, poderoso, insondable y misterioso, mi mente no podía procesar tantas imágenes que vinieron a mi cerebro, se paro a unos 5 metros de mi y me miraba con sus ojos poderosos ojos negros, su cabellera jugaba con el viento que lo acariciaba como a un Dios lejano y allí yo diminuto delante de él pedí clemencia, pensé para mis adentros que Dios había enviado a un emisario a castigarme por mis mugrosos pensamientos, pero sus tiernos ojos penetraron mi alma y sentí en mi corazón una paz que agradecí, se acercó a mi y me acarició la frente me sonrió y señaló con su mano hacía el cielo y comprendí que me mostraba el sol, allí en ese momento encontré en un instante la paz y el cariño que me faltaban, un pedazo de divinidad, una chispa, una porción de perfección me había transmitido ese ser, me arrodille, me postré ante sus pies e imploré clemencia, pero una voz potente, poderos, magnánima, sonó en mi cerebro, lo miré con mis aojos llenos de lágrimas y ví que no emitía sonido alguno, estaba hablando directo a mi mente, su poder paranormal me sobrecogió y me llenó de temor reverente, comprendí que estaba delante de un dios cuando de pronto el gesticuló con su rostro y lanzo una pregunta que hasta el dia de hoy retumba en mis oidos y en mi interior……"Tío, tío dónde está el Shol????????"